" Argos "
Al levantarse en la madrugada, la tinta sangre le invaden los ojos, era la lágrima del sueño, la del insomnio, la de ella. Debe ser el peor de los momentos, se dijo andando a oscuras. Espero no toparme con nada, su piel no lo soportaría, las cortaduras superficiales son de una crudeza tan pura que huele a sangre, sal y miedo. El tiempo agoniza, pronto volverá a dormir, o a despertar... Nunca lo supo. La luz de la maldad empieza a invadir el sueño de la paranoia pura; esa que te calienta, tocar la cobra sin morir es la misión orgázmica en el sueño. Probar el dulce del negro veneno y morir. Su boca casi la ha besado, la natividad del ardor se hace cada vez más fuerte, los verdes son cada vez más oscuros. Pero algo le llama nuevamente a la vida, al siempre. Perdió la vida pocos segundos y otra vez vivió. ¡ Maldita sea ! se dijo despertando otra vez en el sueño, sano sin haber podido conservar todo lo aprendido en el viaje. La odió ¿ Cuándo podrá ser él, el que de la puñalada final, cuándo ha de volver a dormir, y lo pero, cuándo ha de volver ha despertar?
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