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sábado, 22 de enero de 2011

bOSQUE...



al volver de las criaturas se encontrarían solos...

el camino es agitado por una ansia tan perpetua que hasta parece calma, cada curva permite la duda y la sorpresa, en ese instante sus manos no están charlando pero se piensan de una forma ajena a parámetros racionales o establecidos; sus tactos siempre serán lo nuevo. Han llegado un poco distintos, se conocen extraños, al parecer los dos están de acuerdo en que suele suceder, al parecer están de acuerdo en demasiadas cosas que inexplicablemente en lo justo, han edificado un quiebre, una parábola equívoca sobre esperanzas y se podría decir cariños. Las palabras fueron todas y las acciones faltantes, se puede hacer tanto si fuéramos mágicos todo el tiempo, pero el agobio de "saber" nos vuelve más juntos para separarnos, la tristeza es mutua pero no igual, eso creemos, no se puede saber pues de repente todo es deducción y nombrar varios equilibrios y péndulos; quizá la solución sea caer con equilibrio, como pensarnos. Luego perduramos por algunos minutos en ya no ser, de cualquier forma qué esta se entienda, es complicado para los ojos la incertidumbre. Decidimos acostarnos y jamás dejamos de ser amigos pues en verdad nos queremos y respetamos, conocernos ha sido producto de una idea prófuga del inestable miedo. Las voces no terminan, lo tenemos claro, estar cerca es irresistiblemente incomprensible, existen treguas para el interior en cada uno y en un soplo de real alegría nos unimos... sinceramente nos curamos.
veo el bosque negro de tus ojos explotando en luminoso silencio... jamás he visto materia igual

jueves, 6 de enero de 2011

úNICA


Serás desnuda en mis poros por la última primera vez, aún tu niñez, para mí prohibida, te deja los espacios claves llenos de oprobias vestiduras para los dedos, te calienta imaginar, eso es lo que tiernamente nos lanza y asusta, quieres tener en calma cualquier dolor para proteger el placer de transmutarlo en "eso", tus senos ahora viven de tal forma que descubren por fin la caricia ajena de pezones conocidos, todo es tuyo en este instante, los muslos llenos de fluido, la textura de las lenguas, la espalda inquieta y su fondo decidiendo qué poses para jamás matar el rato, el movimiento es tierno y mórbido como el arte oscuro, empiezas a desaparecer cuando vas llegando al tope criatura de no ser para sentir, tu clítoris retroalimenta tus nervios, ahora eres grito de cualquier elemento, te sientes un poco sucia caminando hacia el agua, ya no deseas ver, quieres lavar cualquier moral, dejarte perversa como tu infinito cuerpo...