Se limpia la amnesia de ácida silueta, extraña de finales que aún reposan en la piel del otro día, consumir es grato cuando las sustancias son bondades imperfectas, nos calienta para siempre la perdición, el ruido y el instinto de alma despiadada, sucios de algún día quisimos las nubes negras, intoxicando los recuerdos nos hicimos fiebre; sopor de ceniza en el fin de los ojos, oscura y llena de instantes se viste húmeda, cortejo y crueldad, no es salva cuando enamora, su piel incógnita guarda la muerte de quien jamás ha conocido el fruto del veneno, sonríe divagando; ya de nada es el tiempo, dócil se recuesta para el alma y sus labios se sumergen en el calor del cuerpo, desquita del dolor abrazando la materia de algún mórbido día, la ira que le recorre se reproduce , espantos sin nombre le dejaron la saliva del olvido en los ojos dormidos de sustancias y depravación por la mascara cabría... siento de su sexo el pacto que a mi maldad condenaría...
