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martes, 6 de diciembre de 2011

La kebrada

Al caer el insomnio de lxs hambrientxs... Hay una brisa espesa bordeando el fondo del horizonte, los sonidos son de noche, las plantas son siluetas que te devoran cualquier angustia de las manos que se preparan gélidas para tantear a los fantasmas de los ojos y aprender a cantar delirio. El impacto puede ser cualquier cosa que uno mismo haya imaginado pero jamás nos quita de los momentos ni de los ojos ni de aquella que te dio los suyos por primera vez dispuestos a creer bajo la sensación de tenerse juntos para aplacar los disparos y ruinas que dejan los humanos cuando se dibujan demasiado heridos, perder la cualidad de no quebrarse es lo que basta para seguir solos engañándose de vestimentas y artificios mundanos como nos enseñaron desde niños pero nosotros inventando la suerte no quisimos creer ni queremos porque conocemos del color y de las voces los ruidos, caminamos bajo el gran árbol que en la punta queda seco vigilando a lo salvaje y extraordinario que navega por el total cielo negro donde se divisa el primer sol... debe haber millones para calentar los vientres de los que se recuestan en la hierba a curarse los huesos rotos cuando jugaban a construirse una ciudad llena de luces negras en donde fosforecen los los ojos dilatando las pupilas. Me dejo quieto ante el vuelo y me doy cuenta que es de noche y debo volver a verla... Seguir vivo

sábado, 3 de diciembre de 2011

LA LIMPIEZA

Me encontré bailando entre bronces, esperaba a quien me daría la seducción del mal y los sonidos se me volvieron círculos que arden ante el nombre de las criaturas en sus mentiras. Ser preciosos nos ha vuelto partículas de asfalto en las noches caídas, convertir un momento significa convencer a un alma herida que duerma cuando se suplica ayuda entre los faros ocultos que iluminan el lugar más falso para sus espíritus... según se siembre en los rostros, la verdad nos alimenta. La crudeza de encarnarse en los espejos nos envuelve de letras y sus frases son antiguas desde que nacen para los vidrios empañados del letal suspiro... la limpieza de las caricias es una ocupación simultánea desde el fondo hacia vacío para que en la orilla de este vértigo sea inocente ante cualquier justicia, somos puros cuando preferimos lo que no necesita la frustración de las ansias, no cabe duda de que la condena ha sido humilde y a veces muchos exageramos por recordar o despreciar a los que nos han visto los ojos de verdad desnudos.