Opción.

Qué importa si ya no hay palabras entre nosotros, siempre hay otros, jamás pensé en aceptarme como una opción, peor saber que no fui la indicada, pero comprendo la inestabilidad de quienes amamos, ya no me importa la verdad, ni las miradas, ni las manos del mundo, me recuesto en cosas simples como sonidos que imitabas, y la ira, claro que está la ira, descubrí la libertad de quien te escoge, supe mal gastar mi tiempo en no ir a verle, hoy estoy adolorido pero no como antes, esto que siento debe ser el principio de lo que odiamos cuando somos más jóvenes, debe ser la indiferencia ante soñar y confiar, no deseo ser elegido jamás, prefiero la hipocresía de estar solo, el engaño de alguien que solo te usa, quiero acordarme de ella para siempre, quizá alguna vez elija olvidar; hoy no...

Afuera.

Término afuera...

Qué responder si todo se le derrite en los labios pálidos por el mundo químico que le permite ser lo que jamás adivina, cariño de esperma son sus manos en la última cama, no pretende ser bondad y se cansa de dosis parásitas por su sexo, los ojos le cambian de color con cada una de las muertes al momento que en la lengua le sucede el orgasmo, no piensa en creer ensuciándose de fe las mañanas idiotas donde se masturba las pestañas con el pincel de alguna moda muerta, su violencia es seductora y cierta ira le adorna las mallas; sería tonto ser su celo al igual que su desperdicio, mejor recíbeme en tus rostros mi vulgar fluido...

CARTA A LA MISMA EXCUSA

Anciana criatura:

Vuelvo a mi fondo para olvidarme un poco más de tus sueños, quiero regocijarme con el odio de tu opulencia vaga, ahí donde más te extrañas aprecio los sonidos de las luces que alumbran de sinceridad al tóxico viajero, dentro del círculo por fin de sangre mutamos los ojos. Diseñas con soberbia las cabezas para los insectos parlantes de alguna magia abandonada, la tuya. Siempre tendré amor en el fondo pues donde tú habitas quejumbroso no hay dialectos más que tu voz cálida de confusión y máscaras, prefiero ser anhelo para la inminente mazmorra. Cuando salga nacerá la risa y morirán los perfectos que admiras, esos que les ensañaron a cómo hacer enemigos con gran facilidad sobrealimentando de mentirosa igualdad sus mansas mentes, es complicado aprender cuando se te ha olvidado que existe un entorno nuevo lleno de lo que no eres. Sé que recibes el miedo por cualquier ventana y yo me he curado para no padecer inmóvil de la humana patología, sé que has dicho unas de las mejores palabras en algunos de los buenos momentos y yo elegí decir lo que siempre te disgusta, la verdad. No soy como tú y aborrezco que me lo quieras inculcar, yo jamás huyo y tengo comprendido que escapar es una gran característica de tus tiempos. Y así me alejo siempre por mi camino dispuesto a las alegrías, las tristezas y lo que se vengan siempre buscando llegar para ser guía y amigo del Sol... Sabes, en las pocas noches siempre conversamos y él como nuevo siempre me cuenta...