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miércoles, 14 de septiembre de 2011

PERSONAJES.

Hay veces que al soñar interpretas lo vivido esperando comprenderte. Soy algún tipo de investigador privado que se gana la vida en casos demasiado extraños que definitivamente nadie los conoce por su profunda naturaleza, no le temo al morbo ni a las consecuencias, solo me gusta el sabor de la verdad al concluir los trabajos sean estos sucios o limpios, a la final su calidad no tiene mucho sentido porque casi siempre mueren y son olvidados. Tuve compañeros de investigación pero no los recuerdo porque suelen abandonarme traumatizados, no solo por lo peligroso del ambiente sino también por la psicología de algunos involucrados. Esta vez debo aclarar el caso de una hermosa artista en actos extravagantes a la cual no se le ha visto desde hace algunos meses y algún desconocido enamorado me contrató para descubrir que le ha pasado en medio del entorno hostil donde se manejan este tipo de espectáculos que van desde depravaciones sexuales muy raras hasta sadismos que implican dolor, vestimentas como instrumentos de tortura, música perturbadora y plástica sombría que a veces se transforma en lúdica para darle un toque de un elegante pero macabro humor negro, jamás he presenciado estos actos pero al oír hablar de ellos me los imagino con lujo de detalles; al conocer de mis labores debes haberlo visto todo para que nada te asombre. Empecé la investigación charlando con vagabundos que en realidad son gente que huye de su vida real al haber conseguido demasiados problemas, no solo legales sino afectivos al abandonar a su gente que luchó por quererle, vagan por ahí pidiendo limosna sin que se sepa que tienen suficiente dinero para iniciar una nueva vida, mas la comodidad del espanto les ha brindado el fruto de la facilidad y logran despreciar lo que a muchos les importa como lo son las habladurías, los consumos absurdos y las responsabilidades, no son gente buena, pero al estar al margen de todo tampoco llegan a ser malas. Uno de ellos, que sabía mi nombre y algunos detalles personales acerca de mí me preguntó si andaba buscando a la "infame", que era como vulgarmente llamaban a la modelo del caso a descubrir. Inmediatamente dije que sí y le invité un trago que llevaba en el bolsillo del saco, aguantando su repugnante aroma que realmente lo hacía más desconocido le presté atención. Me comentó de un antro donde el dueño es un personaje muy extraño y tiene relación con este tipo de shows oscuros, una persona sumamente intrigante, decía que nadie era el mismo después de conocerlo, se reía al informarme, sabía algo que yo no pero preferí ser cauto y no exigí de más explicación, es muy complicado confiar en cualquier persona seas investigador o no, le conseguí la dirección del lugar y decidí ir a la noche siguiente más calmado pues el informante me había dejado un poco intranquilo, no sabía en lo que me estaba metiendo pero ahora la curiosidad extintora me clamaba claridad. A veces pienso que mi labor es tonta cuando en verdad me empieza a importar un caso, he perdido muchas amistades y relaciones por esta obsesión de encontrar y analizar las acciones y las historias, en fin... Me dirijo al bar que el vagabundo me explicó, no me fue fácil ingresar y tuve que darle un buen soborno al gordo calvo que cuida la puerta, no se puede decir nada más de él, está claro que es otro cliché humano haciendo su labor como la mayoría. El ambiente del lugar es oscuro y huele a cigarrillo, los filos de las mesas están adornados con focos delgados de neón y luces negras para fosforecer los dientes, los ojos y cualquier prenda blanca que el cliente use. Quienes atienden las mesas son chicas jóvenes en vestidos apretados como mallas de color blanco para que con facilidad reconocerles y pedirles otro trago, en la barra hay un tipo fornido de frac preparando bebidas muy exóticas y coloridas, el lugar se ve normal pero en los ojos de los que trabajan ahí hay una sensualidad de muerte que me llama mucho la atención, cómo cuando vez a un ser celoso pagando por investigar a su pareja y se le escapa la petición de que si se le descubre la traición te pagarían por matarlos. Me acercó a la barra y pido el trago de la casa que era un líquido púrpura qué sabe a demasiadas cosas muy fuertes pero de verdad está muy bueno. Le pregunto al barman si podría charlar con el dueño acerca de algún negocio relacionado con varietés fuera de lo común para gente importante que usa su dinero en entretenimientos únicos para ellos, los ojos del barman brillaban de una forma extraña y lo único que respondió fue "pase por aquí"; jamás se me hizo tan fácil llegar a un cometido, es obvio que si el dueño tiene relación con perversiones y torturas debe creer que soy un policía o alguien que quiere su cabeza, estoy un poco preocupado de lo rápido que logré caminar por este pabellón angosto donde al final se aprecia una puerta que me conducirá a quién deseo entrevistar, voy de lado del gordo de la puerta, confío en un arma que poseo pero al estar solo también me doy cuenta que no será suficiente si las cosas se ponen feas. Al llegar el calvo abre la puerta y logro distinguir una silueta obesa en silla de ruedas de espaldas, junto al habita un hombre demasiado alto y musculoso muy elegante, al saludar el hombre gigante se da la vuelta y veo que sus facciones también son gruesas exageradamente, cejas abultadas, frente ancha, nariz grande, me recordó como a muchos debió hacerlo a un actor de películas de terror inspiradas en novelas románticas de ficción. Me presenté y expliqué mi falso propósito, el silencio era mortal, no entendía que pasaba y de repente el Goliat tomó los manubrios de la silla de ruedas y puso frente a mí a quien había venido a buscar. Estoy muy perplejo, no tiene rostro, a cambio de él le han colocado una prótesis como una equis de hierro que va desde los extremos de la frente hasta los de la mandíbula inferior, el borde de la equis está atornillado con mucha precisión, no tiene ojos, ni boca ni nariz, solo oídos, de su garganta sale una sonda hacía un tanque de oxígeno que le permite la vida. No sé si ríe, si está molesto, no sé nada, no existe expresión en él y eso me complica mucho las cosas al tratar de averiguar algo sobre mi objetivo, existe calma pero es muy perturbadora. Ya no hubo más que decir y el ayudante del inválido me entregó un sobre muy elegante, era una invitación, me despedí educado y preferí salir de inmediato de aquel lugar, el barman nuevamente me miró y en verdad su tranquilidad era insoportable. Abrí el sobre qué decía: "ÚLTIMA Y GRAN FUNCIÓN" en letras rojas dentro de un papel bordado, parecido a las invitaciones de los matrimonios, en el borde inferior estaba la fecha y la dirección, ahora no sabía si asistir o echarme para atrás, empezaba a comprender a mis compañeros por abandonarme, la fecha era inmediatamente a la noche siguiente. Estoy listo, me puse un traje elegante que tenía guardado para ocasiones que no suelo tener, guardé mi arma en el cinturón y en verdad estoy irreconocible, me siento bien pero estoy ansioso de presenciar a lo que me han invitado, quizá así logre averiguar más sobre la modelo desaparecida. Llegué al lugar y ahora el barman de la otra noche es el portero de un gran galpón a las afueras de la ciudad, entro y no hay más de treinta o cuarenta personas frente a un escenario en donde el gran telón rojo está cerrado, nos han quitado las armas en la puerta, no pude evitarlo pero al ver que había más en la mesa donde serían confiscadas no me preocupé, en todo caso éramos personas comunes, la mayoría teníamos pistolas. No había asientos el espectáculo se apreciaría de pie. Las luces se apagaron y el cañón alumbró al maestro de ceremonias, me parecía conocido pero yo estaba un poco lejos, de pronto escucho en su presentación qué dice: "CON USTEDES LA INFAME", me quedé muy sorprendido y el telón se abrió lentamente, en medio del escenario había una gran máquina simulando una licuadora gigante y estaba armada de tres cuchillas afiladas en su interior, al lado derecho estaba el maestro de ceremonia mirando por encima de la gran estructura como esperando que algo baje, al lado izquierdo el obeso de la equis en la cara con su ayudante solo en presencia pues los dos no veían que pasaba. Se escuchaba el redoble de tambores y de la parte superior del escenario empezó a bajar en una especie de polea la hermosa infame, llevaba una malla espectacular de rayas blancas y negras que me hacía pensar en una preciosa cebra, iba directamente hacía el fondo de la licuadora que estaba encendida y de seguro la haría pedazos, pero ella estaba totalmente calmada, es más hacía movimientos que atraían la mirada y estaba bebiendo una especie de trago de esos que llevan pequeñas sombrillas en las vasos. Quería irme, no soportaría ver como la máquina la mutilaría y me acerqué al filo del escenario inútilmente a ver qué podía hacer para detener esta depravación. Es ahí donde reconocí al maestro de ceremonias, era quien me había contratado para la investigación, intenté huir pero estábamos todos encerrados, comprendí, presenciaríamos la última función de la bella infame para luego ser los protagonistas de la gran función a la que todos estamos invitados.

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