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viernes, 1 de abril de 2011

CARTA A LA MISMA EXCUSA


Anciana criatura:

Vuelvo a mi fondo para olvidarme un poco más de tus sueños, quiero regocijarme con el odio de tu opulencia vaga, ahí donde más te extrañas aprecio los sonidos de las luces que alumbran de sinceridad al tóxico viajero, dentro del círculo por fin de sangre mutamos los ojos. Diseñas con soberbia las cabezas para los insectos parlantes de alguna magia abandonada, la tuya. Siempre tendré amor en el fondo pues donde tú habitas quejumbroso no hay dialectos más que tu voz cálida de confusión y máscaras, prefiero ser anhelo para la inminente mazmorra. Cuando salga nacerá la risa y morirán los perfectos que admiras, esos que les ensañaron a cómo hacer enemigos con gran facilidad sobrealimentando de mentirosa igualdad sus mansas mentes, es complicado aprender cuando se te ha olvidado que existe un entorno nuevo lleno de lo que no eres. Sé que recibes el miedo por cualquier ventana y yo me he curado para no padecer inmóvil de la humana patología, sé que has dicho unas de las mejores palabras en algunos de los buenos momentos y yo elegí decir lo que siempre te disgusta, la verdad. No soy como tú y aborrezco que me lo quieras inculcar, yo jamás huyo y tengo comprendido que escapar es una gran característica de tus tiempos. Y así me alejo siempre por mi camino dispuesto a las alegrías, las tristezas y lo que se vengan siempre buscando llegar para ser guía y amigo del Sol... Sabes, en las pocas noches siempre conversamos y él como nuevo siempre me cuenta...

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