INSECTOS

INSECTOS
Y otra vez el mundo nos ha reducido a pedazos, aquí donde nada ni nadie existe somos la carne del nuevo día, del sueño fatuo de algún dios fariseo, solo los sonidos nos guían, cada vez la puritana de su luz nos enceguece hasta sangrar de lágrimas por ellos, descuida, despertaremos aunque sea en otro sueño del más bello gris. Las noches son de un sonido cada vez más profundo y místico, los insectos que las habitan aprenden a cantar de todas las formas para conseguir su alimento en líquidos y humos que mutan del gris al violeta más venenoso. Este tiempo está lleno de olvidos, pero son tan fuertes y necesarios que las neuronas adictas a sus colores lloran por no dejarlos ir, como el último día en la playa más hermosa en la melancolía naranja de tu atardecer cálido, de cuando uno se despide del momento sabiendo que algún día volveremos y en purpura sueño al fin nadar. Nuevamente la lluvia irriga los campos de esta cámara de gas donde la única opción es volverse inmune a todo o quedar como todos esos zombis que ya se olvidaron de cantar, jugar, pintar, reír y hasta llorar... han olvidado lo más importante. Desprestigiar un sentimiento es algo ruin, más lo es si este tiene algo de instinto que al parecer se nos va olvidando a cada vuelta que damos sin ir a ningún lado, el animal humano peca de no querer serlo, pero está en nosotros el recordar u olvidar todo lo que nos ha costado llegar a entender que estar juntos transforma la maldita racionalidad en la única verdad y solo tú sabes cuál es. Y aunque de mi no quede ni la sombra el cantar de mi alma perdurara como todos los entes que al bailar pintan de esperanza esta desolación tan difícil de sembrar para cosechar...